La aventura de fotografiar a las 10 especies más peligrosas
16 junio 2013 El mexicano Gerardo Del Villar, de 41 años, es un apasionado de la fotografía de naturaleza y acaba de concretar su proyecto más ambicioso: retrató a los diez tiburones más peligrosos del mundo.

El plus de la hazaña es que se sumergió sin jaula de protección. Según contó, de esa manera quiso demostrar que “los tiburones no son máquinas de matar, sino depredadores incomprendidos”. El proyecto le llevó tres años y medio, y lo terminó hace un mes cuando logró una imagen del tiburón gris de Fiji, la isla emplazada en medio del Pacífico. ¿Su próximo desafío? “Quedarme en casa –dice– con mi hijo, con cosas más tranquilas”.

Más allá del riesgo que implicó el reto, De Villar se planteó un propósito antes de arrancar. “Quiero contribuir a crear una cultura de cuidado y protección de las distintas especies de tiburones”, señaló Del Villar. El submarinista lleva dos décadas buceando y cuenta que para esta aventura se inspiró en un documental de Discovey Channel que reunía a los tiburones que más hombres han devorado. “Todo empezó como una búsqueda de adrenalina, pero se fue convirtiendo en una experiencia de reflexión”, explicó Del Villar. Entonces se fijó tres objetivos: demostrar que el tiburón no es el malo de la película, crear conciencia sobre la necesidad de protegerlos y documentar las maravillas del océano.

El fotógrafo argumenta que decidió no usar jaula porque los tiburones son menos agresivos de lo que parece. Sin embargo, la última vez –cuando por fin pudo ver al Gris y así, culminar el trabajo– la pasó mal. “El buzo de seguridad me tiró hacia abajo justo a tiempo de que pasara sobre mí un tiburón que venía por atrás y con la boca abierta”, detalló.

El submarinista es oriundo de Hidalgo e hijo de un ganadero, por lo que de pequeño supo moverse entre los animales. De adulto le puso el cuerpo al forcado, un arte que consiste en agarrar por la testuz a un toro en plena embestida y reducirlo con las manos.

En su carrera como amador, Del Villar se enfrentó a más de 600 toros.

Tiene las consecuencias marcadas en el cuerpo: dos cornadas internas, nueve costillas rotas, dos fracturas de esternón. Pero ese oficio no le alcanzaba para vivir así que comenzó a entrenarse en la modalidad de snowboard alpino mientras ejercía como presidente de la Federación Mexicana de Pádel.

La pasión por los tiburones arrancó después de una inmersión en Bélice. La experiencia le resultó tan positiva que decidió emprender un curso para alimentar depredadores. Luego abrió su propia compañía de buceo, dedicada al turismo, en Cuajimalpa, México DF. Y recién entonces, empezó la aventura que tuvo su coronación a fines de mayo con la foto de la bestia que le faltaba y que logró capturar en la isla de Oceanía.

El álbum que consagra a Del Villar como el fotógrafo que se atrevió a trabajar sin jaula de protección, cuenta con las imágenes de los tiburones Azul, Limón, Tigre de Arena, Mako, Tigre, Toro Gran Blanco, Martillo Gigante, Oceánico Punta Blanca, Gris y Blanco.
 
 
 
 
 
 

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