Panamá contribuye en la protección del Tiburón Ballena
3 julio 2014 Ante el auge de la observación de cetáceos como actividad turística en aguas centroamericanas y el peligro que representa para algunas especies marinas —en especial las de mayor tamaño— científicos y conservacionistas de Panamá han recomendado regular la observación del tiburón ballena ( Rhincodon typus ) en el istmo.

Héctor M. Guzmán, biólogo del Instituto de Investigaciones Tropicales Smithsonian (STRI, por sus siglas en inglés), explicó que la iniciativa surgió tras la reunión, el pasado 1 de julio, de representantes de Belice, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Panamá y República Dominicana para firmar un acuerdo de protección del pez más grande del mundo en las aguas del Caribe y el Pacífico oriental.

De hecho, el plan de conservación fue posible gracias a los estudios del equipo de investigadores del STRI, liderado por Guzmán, y en el cual se determinó que los tiburones ballena no solo estaban siendo víctimas de la pesca irresponsable sino también de colisiones de las naves que se dedican a su observación con fines turísticos.

"El caos en los avistamientos de tiburones ballena en Panamá nos apresuró a aportar información para esta normativa que se necesita con urgencia para un manejo efectivo de los visitantes y turistas, así como de los operadores’, afirmó el investigador, quien para obtener los resultados de la investigación marcó con dispositivos de localización por satélite, a unos 50 tiburones ballena que viajan por rutas oceánicas y costeras de varios países de la región centroamericana.

Según Guzmán, registros oficiales indican que durante los tres primeros meses del año 2014, dos operadores entre el poblado de Santa Catalina y la isla de Coiba, en el Pacífico panameño, colisionaron 27 veces con los animales; lo que a su juicio confirma la necesidad de un manejo adecuado del avistamiento en la región.

Por otro lado, el biólogo reconoció que la solución más eficaz para la conservación de la especie es el nuevo reglamento que implementó la Unidad Regional de Pesca y Acuicultura de la Secretaría General del Sistema de la Integración Centroamericana (SICA / OSPESCA) —también a principios de este mes de julio—, que impide la captura de la especie de tiburón, cuya población ha disminuido en los últimos años.

La legislación ‘es vinculante y el resultado se logrará con la interacción entre la sociedad civil, el sector científico, los pescadores, las autoridades nacionales y las autoridades regionales, como una nueva muestra de los frutos del proceso de integración centroamericana’, destacó Mario González Recinos, coordinador regional del SICA / OSPESCA.

Guzmán dio como referencia la protección que se brinda a los tiburones ballenas en el santuario del parque Nacional Coiba, que creó la Autoridad Nacional del Ambiente (ANAM), y en el cual se establecieron medidas estrictas para el avistamiento turístico y científico de los cetáceos que habitan en la reserva.

‘Esta herramienta legal será clave para regular las actividades de los operadores que movilizan grupos para el avistamiento de esta especie’, manifestó Israel Tejada, jefe del Departamento de Biodiversidad y Vida Silvestre de la ANAM, quien reconoció que ‘esta gestión es el producto de cómo el sector científico asesora y orienta al Consejo Directivo del Parque Nacional Coiba para el manejo y conservación de la biodiversidad de esta área protegida’.

Según el director de OSPESCA, el tiburón ballena ‘es una especie símbolo’ inofensiva. Como ‘no tiene dientes, no es agresivo y, por lo tanto, es amigable para los humanos, que pueden nadar y avistarlos desde muy cerca’, comentó.

La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza considera a estos gentiles gigantes del mar como ‘vulnerables’.
 
 
 
 
 
 

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